jueves, 23 de agosto de 2012

Capítulo 11


-Yo: ¿Dónde vamos?
-Andrés: No preguntes, solo sigueme.
Mientras caminábamos me miraba y sonreía y yo le miraba, sonreía y me sonrojaba.
De repente se paró.
-Andrés: Ahora no mires.
-Yo: ¿Por qué?
-Andrés: No mires.
Cerré los ojos, pero para él estar mas seguro me puso sus manos en mis ojos.
-Andrés: Ahora camina hacia delante.
Mientras caminaba él me guiaba hacia algo, estaba nerviosa, me temblaba todo.
-Andrés: Ahora, abre los ojos.
Los abrí, como él me dijo y... dios, que bonito.
-Yo: ¿Esto qué es? Que bonito-decía asombrada mientras miraba aquel paisaje.
-Andrés: Es la ciudad vista desde el sitio más alto de todo el pueblo.
-Yo: Me encanta, es un paisaje precioso.
-Andrés: Estamos en la montaña Pignet. Es una de las montañas más visitadas y bonitas del mundo.
-Yo: Me lo creo-decía mientras miraba a mi alrededor- que verde más claro y que suelo más limpio.
-Andrés: La verdad es que sí, los habitantes del pueblo se han llevado durante años limpiando y arreglando esto. Antes era un asco, no se podía venir.
-Yo: ¿Por que? ¿Cómo era?-pregunté interesada.
-Andrés: Estaba lleno de basura, todo era arena y piedras no había hierbas ni árboles, era una montaña abandonada y nosotros fuimos quienes lo arreglamos para hacerla popular, grandiosa, y para que los turistas que vengan a esta cuidad y visiten esta montaña, quieran venir mas veces.
-Yo: Me alegro que halláis echo esto, merece la pena, es alucinante.
-Andrés: Lo sé. Bueno es tarde, ¿te llevo a tu casa?.
-Yo: Es que no me quiero ir. ¿Y si pasamos la noche aquí?.
-Andrés: ¿Quieres pasar la noche aquí?
-Yo: Si, ¿qué hay de malo?
-Andrés: Nada, pero...¿tu madre te dejará?
-Yo: yo... no vivo con mi madre... sino con mi padre.
-Andrés: Ah, lo siento...
-Yo: No pasa nada, lo llamaré y le diré que me voy a quedar en casa de una amiga del instituto. Y tu... ¿Qué le vas a decir a tu madre?
-Andrés: ¿Yo, nada. No hace falta que le avise porque mi madre esta noche precisamente no duerme en casa y estoy solo.
-Yo: Ah bueno, pues mejor, voy a llamar a mi padre.
Cogí el teléfono y lo llamé.
-Yo: Hola papá.
-Papá: Hola hija, ¿pasa algo?
-Yo: No, no pasa nada tranquilo. Solo te llamaba para decirte que esta noche me quedo a dormir en casa de una amiga del instituto y no voy a ir a casa.
-Papá: Vale, no pasa nada, ya nos veremos mañana ¿no?
-Yo: Sí, mañana nos vemos. ¿Tu estás bien?
-Papá: Sí, tranquilo.
-Yo: Vale. Bueno adiós papá.
-Papá: Adiós preciosa. Te quiero.
-Yo: Yo también te quiero.
Colgué el teléfono y miré a Andrés.
-Yo: Me deja-dije sonriéndole.
-Andrés: Me alegro. Ahora tenemos que encontrar un sitio donde dormir.
-Yo: Me da igual donde sea.
-Andrés: Pero mejor en un sitio donde haga poco viento y nos podamos tumbar a dormir ¿no?
-Yo: Vale, como tu quieras.
Esa noche hacía más frío que calor. Al encontrar un sitio donde dormir, me quité los zapatos, y me puse de almohada la chaqueta que llevaba puesta.
-Andrés: ¿Tienes frío?
-Yo: No-mentí.
-Andrés: ¿Seguro?- me preguntó tocándome el brazo-estás tiritando.
-Yo: No, esa es tu imaginación. No hace frío.

No hay comentarios:

Publicar un comentario