sábado, 19 de enero de 2013

Capítulo 15.


Al llegar a casa, mi padre estaba en la cama metido, leyendo “Pequeña Luna” , uno de sus libros preferidos.
- ¿Qué te ha pasado? ¿Por qué has tardado tanto?
- Nada, es que me e entretenido con una niña, nada más-decía sin mirarle para que no me viese lo que tenía en la cara- me voy a dormir, buenas noches.
-Ni beso ni nada ¿no?, vale, buenas noches, que descanses. Ah y mañana levántate tempranito que vamos a desayunar fuera.
- Vale, descansa.
Me cerré la puerta de la habitación y me pegué una duchita bien calentita.
Al salir, me puse el pijama y me eché a dormir. Me costó mucho quedarme dormida, pero tenía que descansar, había sido un día duro y raro.

A la mañana siguiente, mi padre me llamó para ir a tomar el desayuno fuera y al llegar allí desayunamos churros calentitos con una buena taza de chocolate caliente. Que rico.
De pronto, pegué un brinco del susto que me llevé al recibir un sms de Andrés:

Guapa, estoy deseando verte, haber si llega ya la hora de que nos encontremos y lo siento por lo de ayer.

Sonreí y le contesté:

Yo también tengo ganas de verte, esta noche tenemos que hablar pero no pasa nada. Te quiero.

Mi padre me miró;
- ¿Qué haces cariño?
- Nada, es que me a llegado un sms de una amiga para que le ayude con al tarea pero como no estoy en casa no puedo hacer nada por ella.
-Ah vale-dijo limpiándose la boca de chocolate- nos vamos ¿no?
-¿A dónde?
-¿Quieres que te lleve de compras?
-¿Me llevarías de compras? Ten cuidado que yo soy muy pija en la ropa ¿eh?
- Habrá que aguantarlo- me dijo riéndose.
Me llevó a una tienda de ropa impresionante, era enorme y había de todo.
-¿Cuál es el límite de dinero?
-Hasta que te canses.
- ¿En serio? Nunca había ido a comprar sin límites de dinero.
-: Hay una primera vez para todo ¿no crees?
-Pues no me lo pienso dos veces, manos a la ropa-dije mientras me dirigía hacia unos vestidos brillantes y coloridos preciosos.
-Bueno, te dejo comprando, yo mientras voy a ver que hay por ahí para mí, haber si encuentro algo que estoy escaso de ropa y comprar algo me irá bien.
- Vale papá, cuando termine te pego un toque al móvil.
- Vale, nos vemos.
Empezó a sonar el móvil:
- ¿Quién es?
-Soy Andrés.
-Dime Andrés.
- ¿Dónde andas?
-De compras con mi padre en una tienda muy grande.
- Ah, creo que ya sé cual es, voy para allá-Colgó.
 Me metí el móvil en el bolsillo y empecé a mirar y a coger mucha ropa hasta probármelas. En una  de ellas tuve que salir hacia fuera del vestidor porque no se me veía entera y empecé a dar vueltas para ver como me quedaba el vestido. De pronto miré hacia un lado y un chico de unos 17 años que  me miraba de arriba abajo.
- ¿Qué pasa?
-Nada, solo que te queda muy bien.
- Ah gracias.
-No hay de qué.
-¿Trabajas aquí?
-Sí, soy nuevo en esto.
Mientras hablaba con el chico, alguien me llamó por la espalda. Me giré y era Andrés, algo mosqueado.
-Ah hola Andrés.
-Hola, ¿podemos hablar?
- Claro-sonreí.
Dejé la ropa en un rincón y salimos hacia fuera.
-¿Quién era ese?
- El dependiente- respondí- ¿Por qué?
- ¿Y por qué te miraba así?
- ¿Así como Andrés?
-No sé, pero te miraba algo raro.
- Déjate de tonterías.
- Vale, pero no quiero verte hablar con alguno de esos tipos raros.
-Vale, tranquilo.

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