jueves, 12 de julio de 2012

Capítulo 9


-Andrés: Es que, desde que te conocí, supe que tenías algo que me gustaba, pero no sé todavía el qué es.
-Yo: Pero… ¿tú no tienes novia?
-Andrés: ¿Yo?, a bueno, en Nueva York, si, pero ya no estoy con ella, la dejé.
-Yo: ¿Por qué?
-Andrés: Porque hace 3 años que se fue. Decidimos dejarlo e ir cada uno por nuestro camino.
-Yo: Lo siento.
-Andrés: No pasa nada.
Yo lo miré y sonreí.
-Andrés: Y yo... ¿te gusto?
-Yo: ¡No!-mentí y seguidamente lo dejé de mirar.
-Andrés: ¿No?- dijo algo sorprendido al yo responder- pero si cuando estás conmigo te veo muy feliz y alegre, y con los demás no.
Al escuchar lo que me dijo, le miré fijamente a sus ojos verdes y seguí hablando, quería dejárselo muy claro, no quería nada con él aunque en el fondo lo quería como a nadie.
-Yo: Contigo estoy feliz porque eres el mejor amigo que he podido tener y me siento otra a tu lado, pero con mis amigos también estoy alegre y feliz, no solo contigo.
-Andrés: ah, vale- dijo algo confuso-entonces, he hecho mal en decírtelo porque…
-Yo: ¡Deja de decir tonterías! ¿Eh?, no has hecho mal, al revés, es mejor expresar los sentimientos-le interrumpí.
-Andrés: Pero…
-Yo: Pero ¿qué?, pero nada. Sigamos como ahora y punto, yo no cambiaré porque me hallas dicho eso.
-Andrés: Pues entonces, como antes ¿no?
-Yo: Como antes- Sonreí y aparté los ojos de los suyos, me volvía loca de tanto mirarlos.
Estaba llegando a la parada donde me tenía que bajar, le dí dos besos y me puse en la puerta a esperar a que parara.
-Andrés: ¡Espera!, yo me bajo también, vivo a dos manzanas de aquí.
-Yo: Pues venga, vamos, que sino se cierran las puertas y te quedas dentro-dije al salir del bus.
Al bajar, Andrés me dio un papel con unos números, sería el de su móvil.
-Yo: ¿Es tu móvil?
-Andrés: El mismo.
-Yo: ¿Y para qué me lo das?
-Andrés: ah, ¿Que no lo quieres?
-Yo: No, yo no te he dicho eso…
-Andrés: Es broma, ajajá. Te lo doy para que cuando estés mal o quieras hablar, después del tuenti, existe el teléfono, ¿no crees?- echó a reír.
-Yo: ajajá. Vale, gracias, mañana en clase, te doy el mío ¿OK?
-Andrés: Muy bien. Ya sabes, para lo que necesites, aquí estoy.-dijo alejándose y despidiéndose con la mano.
-Yo: Lo mismo te digo. Adiós.-Me despedí.
Llegué a mi casa, cerré la puerta al entrar y miré por si mi padre estaba en el salón o en su despacho, pero no, no había nadie allí excepto yo.
Subí a mi habitación a dejar la mochila cuando llaman por teléfono:
-Mamá: ¡Hija! ¿Cómo estás?
-Yo: Ah hola mamá. Pues bien aunque te echo mucho de menos.
-Mamá: Y yo a ti mi niña. ¿En verano vendrás no?
-Yo: Y en invierno también ajajá.
-Mamá: Bueno si, eso es lo que quería decir- echó a reír-Bueno, ¿qué tal el instituto?
-Yo: Pues la verdad que muy bien. Ya tengo muchos amigos, me gusta este sitio.
-Mamá: Que bien querida. Y que… ¿Hay algún niño que te guste?
-Yo: ¿Qué? ¡No!
-Mamá: Huich que pena, ajajá. Ya encontrarás a alguien.
-Yo: Claro, claro…
-Mamá: Bueno mi niña, me voy que tengo que ir a casa de tu abuela que ha hecho roscos de azúcar y me ha pedido que me lleve algunos.
-Yo: ¡Jo…! Con lo que me gustan. Guárdame unos pocos ¿eh?
-Mamá: ajajá. Por correo te lo mando.
-Yo: ¡Anda ya!
-Mamá: Bueno, me voy mi vida. Espero que te lo pases genial en todo este tiempo y que ya nos vemos en navidad.
-Yo: Vale mamá, pero llámame.
-Mamá: No lo dudes. Te quiero.
-Yo: Adiós mamá. Te quiero.
Colgué el teléfono y encendí el portátil. Tenía deberes, pero como era viernes, tenía todo el fin de semana para hacerlo.
Me metí en el tuenti y acepté la petición de Andrés. Luego, me conecté al chat para hablar un rato.
-Andrés: Hola, ¿Cómo estás?
-Yo: Hola, bien ¿y tú?
-Andrés: Mas o menos…
-Yo: ¿Y eso?
-Andrés: Nada, cosas…
-Yo: Vale- y le escribí un muñequito con una sonrisa.
-Andrés: Bueno, ¿esta tarde sales?
-Yo: No se…
-Andrés: Venga, sal un rato y nos vamos a dar una vuelta por ahí o algo.
-Yo: Es que no se…
-Andrés: Venga, por favor.
-Yo: Vale, ¿dónde nos vemos?
-Andrés: En la puerta del gimnasio, a las 5:30.
-Yo: Vale, nos vemos allí.
-Andrés: ¿Ya te vas?
-Yo: Sí, me tengo que duchar, vestir para después.
-Andrés: ¡Ah! Bueno, pues entonces nos vemos más tarde.
-Yo: Chao.


Apagué el portátil, encendí la ducha y me senté en la bañera. Lo llené hasta arriba de agua y le eché jabón. Al momento empezó a aparecer espuma.
-Puff... Que bien se está aquí sentada-me dije.
Me llevé como una hora en la ducha y al salir, me vestí y me ricé el pelo un poco: FOTO DE UN CONJUNTO Y EL PELO RIZADO.
Al terminar, me pinté los ojos un poco y me eché una crema en la cara. Bajé las escaleras corriendo, sonaba el teléfono;
-Mamá: ¡Cariño! ¿Qué tal?
-Yo: Hola mami, pues bien. Ahora iba a salir un rato con los amigos, ya que es viernes.
-Mamá: Que bien. Oye, una cosa ¿Tu padre está por ahí?
-Yo: No, ni un trozo. Está trabajando.
-Mamá: Ah, bueno. No pasa nada.
-Yo: ¿Por qué? ¿Quieres que le diga algo?
-Mamá: No, ya llamaré en otro momento. Gracias hija.
-Yo: Vale mamá. Bueno, me voy que me esperan y voy a llegar tarde.
-Mamá: Vale hija, pásatelo bien.
-Yo: Lo haré.
Colgué el teléfono y me dirigí hacia la cocina, estaba sedienta. Bebí un poco de agua, cogí las llaves y me fui.
Al salir, cerré la puerta y miré hacia detrás, allí estaba él, Andrés, con esa sonrisa de siempre, y esos ojos que me enloquecían.
-Andrés: ¡Hola!
-Yo: ¿Qué haces aquí?
-Andrés: ¿Quedamos no?
-Yo: Sí, pero en la puerta del gimnasio, no aquí.
-Andrés: Da igual ¿no?, así vamos a dar una vuelta por ahí antes- sonrió brevemente.
-Yo: Pues sí. Bueno, ¿A dónde vamos?
-Andrés: ¿Tu no te conoces esto no?
-Yo: La verdad es que no- le aparté la mirada hacia un lado.
-Andrés: Bueno, mejor, así tengo mas cosas para enseñarte-Me cogió de la mano- venga, vámonos.
Lo miré extrañada y sonreí. Seguidamente le apreté la mano y empezamos a caminar.
Mientras caminábamos, me contaba su vida, como si tuviera mucha importancia:
-Andrés: ¿Sabes por qué me cambié de clase?
-Yo: Más o menos. Algo de que sacabas tan buenas notas y te subieron un año.
-Andrés: Sí, más o menos, como tú dices. Pero no fue solo por eso, sino que me llamaste tanto la atención que hice todo lo posible para que me cambiasen de clase para estar más cerca tuya. Y al final tuve mucha suerte, ya que me cedieron el paso de sentarme a tu lado- rió.
-Yo: Bueno, no estás a mi lado, porque cuando Pedro venga, se volverá a sentar en su sitio ya que está malo.
-Andrés: Bueno, ya se verá.

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