sábado, 19 de enero de 2013

Capítulo 26.


- Pedro, hecho de menos a mi madre, quiero ir a verla…
-Pues vámonos.
-No puedo, mi padre no me deja ir sola y no tenemos dinero para ir los dos.
- ¿Por qué no ahorras?
- ¿Cómo voy a ahorrar si mi padre no me da pagas ni nada?
- Pues no sé… ¿Por qué no buscas empleo?
-Buena idea, pero… tengo 17 años. ¿Qué trabajo puedo encontrar con esta edad?
- Mm...¿Dependienta?
-¿Dependienta? Yo no tengo ni idea de eso. Bueno mira, da igual, cuando mi padre tenga más dinero, iré.
-Como quieras. Bueno, te dejo, me tengo que ir a comer. Esta tarde te busco y nos vamos a nadar a la piscina un poco ¿te parece?
- Claro, te espero aquí. ¿A que hora vendrás?
- Sobre las seis más o menos.
-Vale, aquí estaré. Te quiero mucho.
- Y yo- me dio un beso y se fue.

Me puse a ver un rato la tele hasta que llegase mi padre y picoteé algunas patatas.
La puerta se abrió y mi padre apareció por ella.
-Hola cariño ¿Viendo la tele?
- Sí, esperando a que llegaras tu para comer.
- Ah, ¿A que no adivinas que te he traído para comer?
-¿Qué es?
-Adivínalo-levantó las cejas.
- Mm… ¿pizza?
-¡No!
- Mm… no sé, no quiero pensar más. Me rindo.
-Vale. Es lasaña a la boloñesa.
- ¡Que rico! Vamos a comer ya ¿no?
-Tranquila, que hay que calentarlos.
-Pues venga, mientras lo calientas, yo voy poniendo la mesa.
-Hecho.
Empezamos a comer. Hacía ya mucho que no comía esto. Estaba ilusionada y hambrienta.
Al terminar de comer, recogí la mesa y fregué los platos. Me fui a mi cuarto a chatear un rato con Laura.

- ¿Qué pasa? ¿Cómo te está yendo el veranito?-preguntó Laura.
-Pues perfectamente, la verdad. ¿Y a ti?
-No tan bien como a ti. Estoy estudiando todos los días. Que asco.
-Normal hija, es que quedarte tres…
-Y las más complicadas, claro.
-ajá jajá.
- Bueno te dejo, que tengo que seguir estudiando. Deséame suerte.
-Suerte. Ya nos vemos.
- Adiós.

Eran las tres, estaba acalorada y decidí meterme en la ducha para refrescarme.
Al salir, me vestí algo cómoda con el bañador debajo y me llevé una toalla con algo de comer en mi bolso. Me fui a la puerta esperando a que Pedro llegara, era muy puntual. Apareció por la esquina con un bañador azul y un chaleco blanco, le quedaba genial.
- ¿Nos vamos guapa?-me dio un beso.
- Vale, espera.
Entré dentro de casa y avisé a mi padre que me iba.
- ¡Papá me voy!
- ¿Dónde vas?
-A nadar un rato con Pedro.
-Ah vale. Pásatelo genial hija.
- Vale, adiós.
Salí de casa y Pedro me cogió de la mano.
- ¿Te llevo el bolso?
-No hace falta. No te preocupes.
-Como quieras-sonrió.

A pesar de que andamos bastante, llegamos a nuestro destino. Había gente, pero no mucha, así que podía bañarme sin estar atenta de que le voy a dar a alguien mientras nado o chapuceo.
Nos llevamos allí como unas tres horas y luego nos fuimos a tomar algo, invitó él.
Al terminar, me llevó a mi casa y él se fue a la suya, como hacía siempre.
Entré en casa y quería hablar con mi padre sobre irme a ver a mi madre, lo mismo que le conté a Pedro.
- Ya estoy aquí.
-¿Cómo te ha ido cariño?
- Bastante bien, me lo e pasado genial.
- Me alegro mucho. Ahora dúchate para quitarte el cloro.
- Vale, pero antes quería hablar contigo. ¿Puedo?- me acomodé.
-Claro hija, dime-dejó lo que estaba haciendo y me atendió.
-Sabes que llevo tiempo sin ver a mamá-él asintió- Bueno, pues había pensado en ir a verla este verano, pero como no tienes dinero para que vallamos los dos, quiero ir yo sola a pasar este verano juntas. Si puede ser…
-Cariño, sabes que de más que no me gusta que viajes sola.
-Ya papá, lo sé. Pero tengo 17 años y ya soy mayorcita para ir a los sitios sola ¿sabes?
- Déjame que me lo piense y ya te aviso con lo que sea ¿vale?
-Vale. Bueno eso era todo.
- Muy bien. Y ahora a ducharte cariño.
-A eso voy.

Me duché y cené, las dos cosas me sentaron genial y me eché a dormir sin mirar el tuenti ni nada.

A la mañana siguiente, mi padre me despierta con un desayuno echo por él.
- Vamos cariño, a desayunar.
-¿Hoy no trabajas?- balbuceé.
- Hoy es domingo, y los domingos no trabajo.
- Es verdad. Estoy dormida aún.
-Pues desvélate que te tengo una sorpresa.
-¿Si? ¿Cuál?
-Desayuna y después te lo digo-sonrió.
Me levanté rápido de la cama y me fui a lavar la cara y a desayunar. Estaba riquísimo lo que me había echo mi padre.
- Ya terminé-reí-¿Cuál es esa sorpresa?
- Siéntate-asentí- Mira cielo, estuve pensando en lo que me dijiste ayer de ir a ver a tu madre este verano y tienes razón. Pero no me gusta que vayas sola.
- ¿Vendrás conmigo?
- Sabes que no puedo, tengo que trabajar todos los días.
-¿Entonces?
- Entonces… irás.
-¿A sí?- me sorprendí- ¿Me dejarás ir sola?
- Eso si que no. Pero por eso no te preocupes, ya tengo a alguien que vaya contigo.
- ¿Quién?
- Mira hacia detrás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario